Hoy en día se puede ver que tanto las barandillas de acero inoxidable como los pasamanos de acero inoxidable están presentes en el paisaje arquitectónico y, por ello, también necesitan de unos cuidados. De hecho, este mantenimiento es fundamental para que estos materiales se mantengan en buen estado, pues no basta con instalarlos y dejarlos estar sin más.
Claves del mantenimiento de las barandillas de acero inoxidable
Una vez que se haya instalado cualquiera de estos elementos, conviene asegurarse que mantienen un brillo y una luz espectacular. Para ello, hay que usar jabón o detergente que se haya disuelto en agua tibia, pero habiéndolo aplicado con un paño suave o una esponja sintética.
Así, es necesario enjuagar con agua caliente, secarlo con un trapo de fibras suaves que llegue a absorber hasta la última gota. Igualmente, en alguna ocasión se puede usar un limpiador de hogar, un estropajo sintético fino o un cepillo con cerdas de nylon. Lo ideal también es hacer una aplicación durante varios días a la semana para eliminar la suciedad y otras manchas.
De este modo, se recomienda llevar a cabo una limpieza suave habitual en lugar de una sola limpieza agresivo, y productos de limpieza para el hogar que sean aptos para el acero inoxidable. En cambio, no es aconsejable usar productos de limpieza que puedan resultar abrasivos, estropajos metálicos o limpiadores de plata o latón.
Además, para manchas específicas como etiquetas adhesivas, manchas de comida o alimentos quemados o manchas de café o té, entre otras, hay usar determinadas estrategias como una solución de jabón frotada con un paño, un limpiador suave para el hogar o una solución de bicarbonato de sosa, en función de la mancha que queramos eliminar.
En definitiva, si se tienen en cuenta estos aspectos lograremos tener unas barandillas de acero inoxidable de primera calidad y con un aspecto reluciente.
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